Analizan restos de una sepultura más antigua que la Gran Pirámide de Guiza y descubren casos de incesto entre élites irlandesas
El análisis del genoma de los restos de un varón adulto del final de la Edad de Piedra, hallados en una de las tumbas del paisaje funerario Newgrange, del complejo arqueológico de Brú na Bóinne (Irlanda), reveló casos de endogamia entre familiares de primer grado de la élite social gobernante irlandesa, similar a los emperadores incas y faraones egipcios, comunicó este miércoles el Trinity College de Dublín, uno de los participantes de la investigación.
Aunque Newgrange, sepultura de corredor más antigua que la Gran Pirámide de Guiza de Egipto, es famosa mundialmente, se sabe poco sobre quién fue enterrado en este monumento de unas 200.000 toneladas o sobre la sociedad neolítica que lo construyó hace más de 5.000 años.
«Todos heredamos dos copias del genoma: una de nuestra madre y otra de nuestro padre», explicó Lara Cassidy, autora principal del reciente estudio publicado en la revista Nature. La experta subrayó que, en ese caso, ambas «eran extremadamente similares«, siendo un signo de incesto. «De hecho, nuestros análisis nos permitieron confirmar que sus padres eran parientes de primer grado», agregó.
Los matrimonios de este tipo, como las uniones de hermanos y hermanas, son un tabú casi universal por razones culturales y biológicas y las únicas aceptaciones sociales confirmadas de incesto entre parientes cercanos se encuentran entre las élites, sobre todo, dentro de una familia real divinizada. Al romper las reglas, la élite se separaba del pueblo común, intensificando la jerarquía y legitimando el poder.
«El prestigio del entierro hace muy probable que fuera una unión aceptada por la sociedad«, afirmó, por su parte, Dan Bradleyl, profesor de Genética de Poblaciones en el Trinity College. «Esto hace referencia a una jerarquía tan extrema que las únicas personas dignas de la élite eran miembros de su propia familia», dijo.
Además, el equipo descubrió una red de relaciones familiares entre este hombre y otros individuos de distintos lugares de Irlanda. «Parece que se trata de un poderoso grupo de parientes lejanos, que tuvo acceso a sitios de entierro para la élite en muchas regiones de la isla durante al menos 500 años», concluyó Cassidy.
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