Advierten que las zonas muertas de los océanos están liberando peligrosas cantidades de gases de efecto invernadero
Los océanos son responsables actualmente de alrededor del 25 % de las emisiones mundiales de óxido de nitrógeno, un potente gas de efecto invernadero que se produce en cantidades muy altas en las llamadas ‘zonas muertas’. Así lo advirtió Brett Jameson, candidato al grado de doctor en la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Océano de la Universidad de Victoria (Canadá), en un artículo publicado el pasado 5 de julio por el sitio web The Conversation.
Jameson cuenta que en octubre de 2019 zarpó con un equipo de científicos a bordo del buque de la Guardia Costera canadiense John P. Tully en el noreste del océano Pacífico, frente a la costa de la isla de Vancouver, y que durante varios días analizaron los sedimentos del lecho marino «para aprender más sobre los efectos de las condiciones de poco oxígeno en los ambientes de aguas profundas».
Esas son las zonas muertas, regiones del océano en que los niveles de oxígeno son bajos debido a la excesiva cantidad de polución de las actividades humanas, acompañadas de otros factores que acaban con el oxígeno necesario para sostener la vida en las profundidades marinas.
«Cuando los organismos mueren, se hunden […] y consumen oxígeno en el lecho marino a medida que se descomponen. Esto conduce a bandas de agua sin oxígeno llamadas zonas de mínimo oxígeno o ‘zonas muertas'», explica Jameson, y subraya que «aunque ocurren naturalmente en algunas áreas, las zonas muertas a menudo aparecen después de que los fertilizantes y las aguas residuales llegan hasta las costas, lo que provoca la proliferación de algas, que luego mueren y se descomponen».
Además, el experto cita un estudio sobre las conclusiones de esa expedición, publicado el 11 de noviembre de 2020, en el que el equipo sugiere que los sedimentos debajo de las aguas empobrecidas en oxígeno son una fuente importante de óxido nitroso (N2O), un gas de efecto invernadero 300 veces más potente que el dióxido de carbono. Este gas se libera a la atmósfera cuando el agua profunda sube a la superficie en un proceso conocido como surgencia marina.
«El calentamiento del océano debido al cambio climático está impulsando la expansión de las zonas mínimas de oxígeno marino a nivel mundial», advierte Jameson. «Esto ha llevado a la especulación de que las emisiones de N2O de los océanos seguirán aumentando y acelerarán aún más el cambio climático. Nuestros resultados indican que se puede esperar una producción aún mayor de N2O donde estas aguas con poco oxígeno están en contacto con el fondo marino».
Según el investigador, muchos sistemas marinos, como los manglares y los estuarios, pueden actuar como consumidores de N2O cuando los niveles de nutrientes que contienen nitrógeno son suficientemente bajos, pero si estos sistemas se ven expuestos a mayores cargas de nitrógeno (procedentes, por ejemplo, de la escorrentía agrícola y las aguas residuales urbanas), cambian de función y se convierten en grandes emisores de N2O.
«Aunque la reducción de las futuras emisiones de N2O marino depende del problema más complejo de ralentizar el crecimiento y la propagación de las zonas de mínimo de oxígeno marino, las acciones para conservar y restaurar entornos costeros prístinos son intervenciones manejables que pueden implementarse a corto plazo», asegura el especialista, tras concluir que, para reducir las emisiones marinas, será necesario minimizar el uso excesivo de fertilizantes y se requerirá «un enfoque multifacético que también aborde el desarrollo costero y las prácticas de eliminación de aguas residuales en áreas muy afectadas».