El gigante asiático podría desatar una verdadera crisis global por el cierre temporal de algunas fábricas productoras de teléfonos inteligentes.

El riesgo está aunado a la escasez de materias primas y fabricación de componentes lo que cercano a la época de navideña y de gran demanda pone en aprietos a la industria tecnológica en todo el mundo.

China sufre en la actualidad cortes de energía que se extienden por más de 12 horas en lo que el gobierno asiático ha llamado una regularización de políticas con moras al bienestar económico y frenar el impacto del cambio climático.

Las medidas del régimen llevó a que varias fábricas cerraran sus instalaciones de manera temporal para no exceder los límites exigidos por el gobierno.

Además, los grupos ambientalistas han señalado que estas fábricas ya han excedido su cuota anual por la demanda mundial.

¿Por qué los recortes?

China es considerado el principal productor mundial de dióxido de carbono y otros gases contaminantes.

Por esto, a finales de 2020 el presidente de China, Xi Jinping, se comprometió ante Naciones Unidas que su país reduciría las emisiones por unidad de producto interno bruto, o sea, en más del 65% desde los niveles de 2005 para 2030.

Xi también prometió apostar a la energía renovable, pero con pocos avances debido a la industrialización de su economía.

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Datos de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma indican que, en los primeros meses de 2021, solo 10 de las 30 regiones de China continental lograron sus objetivos de reducción de energía.

Frente a esto, a mediados de septiembre se anunciaron castigos más serios para las regiones que no cumplan con sus objetivos.