Acusan de asesinato a una joven que mató a su agresor sexual y desatan indignación en Zimbabue
El caso de Tariro Matutsa, una joven de 19 años que fue recientemente acusada de asesinato en Zimbabue pese a las alegaciones de que actuó en defensa propia contra un agresor sexual, ha desencadenado la indignación de abogados, escritores y activistas que han expresado su preocupación sobre los problemas de violencia sexual y el trato injusto que reciben las víctimas de estos crímenes en el país.
Según los informes policiales, Matutsa habría agarrado un trozo de leña y habría golpeado «varias veces en todo el cuerpo y dos veces en la cabeza» a su supuesto agresor, Sure Tsuro, de 40 años. De acuerdo con el testimonio de Matutsa, había sido acorralada por Tsuro en la cocina de su casa en Mudzi, una zona rural al este de la capital, Harare. Tsuro habría expuesto sus genitales y habría exigido sexo agresivamente.
Tras recibir los golpes, Tsuro se habría alejado tambaleándose. Fue encontrado muerto a la mañana siguiente. El incidente tuvo lugar a principios del pasado mes de junio.
Las críticas a la acusación
La acusación de asesinato contra Matutsa ha provocado la indignación de los activistas por los derechos de las mujeres en el país, quienes denuncian que las leyes actuales son demasiado ineficaces y fallan en proteger a las víctimas que matan a atacantes en defensa propia.
«Este es otro ejemplo más de cómo las mujeres son vistas como objetos del placer sexual masculino y el bienestar general de los hombres en Zimbabue. Incluso cuando una mujer se defendió de un hombre cuya intención era violarla sexualmente, se espera que anteponga el bienestar de él al suyo», dijo la novelista Tsitsi Dangarembga, citada por The Guardian, en referencia al caso de Matutsa. «Si bien lo siento por la familia (del difunto) este tipo de reacción es injusta y tiene el efecto adicional inaceptable de hacer que las mujeres se muestren reacias a protegerse contra los depredadores y acosadores sexuales por temor a la reacción social y estatal».
La Asociación de Abogadas de Zimbabue y la Asociación de Mujeres y Leyes en África del Sur (WLSA, por sus siglas en inglés) han ofrecido a Matutsa representación legal y asesoramiento; este último colectivo ha declarado que la joven «actuó en defensa propia y no tenía la intención de cometer un asesinato».
Por su parte, la abogada Beatrice Mtetwa señaló que la ley «debe ser revisada» e instó a las organizaciones de derechos de la mujer a impulsar una legislación que proteja a las víctimas de violación.
«Es doloroso porque ella [Matutsa] es huérfana. No hay nadie que la cuide. Nuestros movimientos de mujeres deberían hacer más para apoyar a estas jóvenes», agregó Mtetwa.
El caso de Matutsa guarda mucha similitud con el de Benhilda Dandajena, una trabajadora doméstica con discapacidad visual que en febrero del 2016 apuñaló fatalmente con un cuchillo de cocina a un compañero de trabajo que intentaba violarla. Dandajena fue declarada culpable y condenada a tres años de prisión. De estos, un año y medio fue suspendido.