Acusan a un empresario de EE.UU. de hacer pasar por estadounidense equipo militar ‘made in China’
Una investigación de los fiscales federales de EE.UU. ha destapado que un proveedor autorizado para la Armada de equipo militar no letal engañó al Estado sobre el origen de los artículos suministrados. En particular, aseguró a los funcionarios que los artículos provenían de Hong Kong y de una planta en el estado de Virginia, cuando, en realidad, los fabricaban en la China continental.
Entre 2015 y julio del 2019, según recoge el sitio web Stars & Stripes, cinco agencias federales hicieron nueve pedidos de chalecos antibalas, cascos protectores o equipo antidisturbios por un monto aproximado de 640.000 dólares a dos empresas administradas por Arthur Morgan, Surveillance Equipment Group y su división SEG Armor. Un tribunal de Maryland ha presentado ahora oficialmente cargos contra él por fraude.
La ley requiere que las mercancías en cuestión se fabriquen o «se transformen sustancialmente» en determinados países. Hong Kong, que es una región administrativa especial de China, forma parte de esta lista privilegiada de países de origen, mientras que la parte continental del gigante asiático queda excluida. Para poder suministrar productos de los países no aprobados, el contratista debe especificar al menos esta información en una oferta inicial, algo que Morgan no hizo.
«El hecho de que un contratista no lo haga lo descalificará de su elección para el contrato», reza una declaración jurada que recoge el medio. El documento agrega que el «contratista que falsee su certificación no podrá solicitar el pago legal de Estados Unidos».
Años de engaño
Surveillance Equipment Group se convirtió en un proveedor oficial de los militares estadounidenses en 2003. Once años después, Hong Kong figuraba en su lista de precios como país de origen de corazas corporales y de cascos. Un funcionario de contratación de la Administración de Servicios Generales preguntó a Morgan si sus artículos cumplían con la ley y, en respuesta, envió un correo electrónico en el que afirmaba que los fabricaba en «Estados Unidos / Hong Kong».
En 2017 la misma autoridad recibió del acusado una hoja de cálculos para los cascos antibala, uniformes y escudos antidisturbios con una dirección concreta en la ciudad de Louisa, Virginia. Ya durante la investigación, un fiscal visitó el lugar exacto y encontró allí un predio baldío sin indicios de producción alguna.
A continuación, un agente verificó las imágenes que la firma de Morgan había presentado para obtener el contrato y detectó que la foto de un casco había sido manipulada. Mediante una búsqueda en Internet, encontró la imagen original en el sitio de comercio electrónico chino Alibaba.com, lo que le permitió determinar el país de precedencia real. Repitió esta operación con un chaleco y el resultado fue el mismo: ‘Made in China’.
Stars & Stripes no especificó la fecha del comienzo del proceso. Sus corresponsales intentaron ponerse en contacto con el acusado o sus abogados, pero no los localizaron. Si es declarado culpable, estiman los fiscales, Morgan podría afrontar una condena máxima de 20 años en prisión.