Acusaciones de «actos hostiles»y llamadas ignoradas: cómo han agudizado las tensiones entre las dos Coreas por los ejercicios de Seúl y Washington
Corea del Norte no ha respondido a las llamadas telefónicas de Seúl, apenas unas semanas después de que ambos países restablecieran las líneas directas. Esta interrupción en la comunicación se produce luego de que Corea del Sur haya decidido provisionalmente llevar a cabo sus maniobras militares anuales con Estados Unidos, a pesar de la advertencia de Corea del Norte de que estos ejercicios ensombrecerían las relaciones entre ambos países.
Desde que restauraran en julio sus comunicaciones transfronterizas directas, que llevaban cortadas más de un año, las dos Coreas se comunican telefónicamente a través de una línea directa dos veces al día, pero desde el martes de esta semana Corea del Norte no responde a las llamadas. Yonhap informó este jueves, citando a funcionarios de Seúl, que por tercer día consecutivo era imposible comunicarse con Pionyang a través de las líneas de comunicación y las líneas directas militares.
Deterioro de las relaciones
Las fuerzas combinadas de Corea del Sur y Estados Unidos realizan todos los años en verano, a mediados de agosto, estas maniobras de puestos de mando, que Corea del Norte ha denunciado en varias ocasiones como un ensayo general de invasión.
Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, advirtió el domingo pasado que llevar a cabo las maniobras militares afectaría negativamente el ambiente conciliador creado después de que Pionyang restableciera las líneas directas con el Sur.
«[Estos simulacros] son la expresión más viva de la política hostil de Estados Unidos hacia Corea del Norte […] y un inoportuno acto de autodestrucción por el que hay que pagar un precio muy alto», aseveró la alta funcionaria.
Un día después de las declaraciones de Kim Yo-jong, el general y político Kim Yong-chol resaltó que Corea del Sur y EE.UU. pueden afrontar una enorme crisis de seguridad al optar por aumentar las tensiones: «Se les debe hacer comprender claramente lo caro que tienen que pagar por responder a nuestra buena fe con actos hostiles después de dejar pasar la oportunidad de mejorar las relaciones intercoreanas», agregó el jefe del Departamento del Frente Unido, que se ocupa de los asuntos intercoreanos.
Además, acusó a Corea del Sur de «trato traicionero» por continuar con los simulacros poco después de que los dos países acordaran restaurar las comunicaciones transfronterizas directas, en un intento de aliviar las tensiones.
La mayoría de los expertos afirman que el Gobierno surcoreano necesita realizar ejercicios militares conjuntos para detener un posible ataque del Norte. Sin embargo, algunos expertos sostienen que Seúl y Washington deben ofrecer escenarios más factibles, en los que puedan considerar la suspensión de los ejercicios a cambio de que el Norte avance hacia la desnuclearización.
«El Gobierno de Corea del Sur se encuentra en un dilema», explicó a The Diplomat Cheong Seong-chang, un miembro de alto nivel del ‘think tank’ surcoreano Instituto Sejong. Seúl «requiere ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos para contrarrestar la escalada de la capacidad nuclear de Corea del Norte», pero también debe «considerar la reacción del Norte».
Para reducir las tensiones militares en la península de Corea, provocadas por la reacción y las advertencias de Corea del Norte, «Corea del Sur y Estados Unidos deben declarar que, si Pionyang congela efectivamente sus programas nucleares, pueden detener las maniobras», indicó Cheong.
La postura del Sur
El Ministerio de Unificación surcoreano declaró el lunes de la semana pasada que los ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos «no deberían ser utilizados como una oportunidad para elevar las tensiones en la península de Corea bajo ninguna circunstancia» y que Seúl aborda el asunto «de manera sabia y flexible».
Durante la reunión semanal del comité permanente del Consejo de Seguridad Nacional que tuvo lugar este jueves, los máximos responsables de la seguridad nacional de Corea del Sur analizaron el movimiento de Corea del Norte en relación con las maniobras militares programadas en conjunto con Estados Unidos y comprobaron los planes de respuesta en varios escenarios.
En la sesión del Comité de Seguridad Nacional, presidida por Suh Hoon, director de seguridad nacional de la oficina presidencial, los asistentes «analizaron de cerca la maniobra de Corea del Norte relacionada con el entrenamiento combinado Corea del Sur-Estados Unidos, así como las relaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte, Corea del Norte-Estados Unidos y Corea del Norte-China», destacó Yonhap citando a un comunicado de la Casa Azul.
¿Influencia o distracción?
Los analistas afirman que Pionyang puede estar utilizando esta retórica para aumentar su influencia en futuras conversaciones, tomar ventaja sobre Seúl o distraer la atención de las crisis económicas internas.
«El régimen de Kim está trasladando la culpa de sus dificultades para reactivar la economía tras un largo bloqueo pandémico autoimpuesto», recoge Reuters las palabras del profesor de estudios internacionales en la Universidad Ewha de Seúl, Leif-Eric Easley. «Pionyang también está tratando de presionar a los candidatos presidenciales surcoreanos para que expresen sus diferencias con la política de Estados Unidos sobre las sanciones y la desnuclearización», añadió el experto.
El restablecimiento de los lazos con Corea del Sur por parte de Pionyang puede tener varias explicaciones, según explica Andréi Lankov, profesor de la Universidad de Kookmin, en Seúl: «En primer lugar, son inminentes las elecciones presidenciales en Corea del Sur, y a Corea del Norte le gustaría que el actual partido en el poder ganara estos comicios». La oposición en Corea del Sur consiste en «anticomunistas radicales», por lo tanto es posible que los norcoreanos quieran ayudar a la actual Administración de centro-izquierda para crear unas condiciones más favorables para su país.
Otra explicación reside en la intención de Pionyang de conseguir que Washington y Seúl suavicen las sanciones económicas, ya que «hay informaciones muy preocupantes (…) sobre las perspectivas de cosecha» en Corea del Norte debido a varios factores que van desde «la cuarentena, que ha paralizado el comercio y ha dañado gravemente la producción», hasta las condiciones climáticas, como «el calor y la sequía que se viven en toda la península coreana».