La reserva de agua se vació para que el búnker no llegue a la red

La reserva de agua se vació para que el búnker no llegue a la red. Los protocolos de emergencia se activaron con el derrame de 45 galones de búnker en el río Daule, a 2,5 kilómetros de la planta de captación y producción de agua potable para Guayaquil La Toma.
El combustible podía contaminar toda la red, que distribuye un millón de metros cúbicos cada día. Los protocolos de acción recomiendan dejar de bombear y no usar los 160 000 m³ de agua de reserva que tiene la urbe y que puede abastecer a tres millones de habitantes durante unas cinco horas. La medida dejó totalmente sin servicio de agua a la ciudad durante más de 12 horas el martes, y por más de seis ayer, mientras el abastecimiento se restablecía parcialmente.
La alerta de contaminación se registró por el derrame del combustible en uno de los calderos de la Balsera Sudamericana (Balsasud), a la altura del recinto Las Mercedes, en el kilómetro 24 de la vía a Daule.
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, aseguró ayer que por “precaución y protocolo” se vaciaron las piscinas de agua con reservas y se suspendió el bombeo para evitar que se contaminara el agua de toda la ciudad. “Cuando se trata de interrupción del bombeo, por rotura de tuberías, etc., cuando hay contaminación, el protocolo indica vaciar, ya que estas podrían estar contaminadas”.
nte las críticas de la vincu­lación del dirigente socialcristiano con la empresa y las posibles sanciones, Nebot dijo que se aplicará la ley. “Si el presidente de Balsasud fuera mi mamá, haría lo mismo. Aquí nadie está por encima de la Ley”. Según dijo, no se busca perjudicarlo, pero tampoco beneficiar a Pascual del Cioppo. “Aquí la Ley es para todos, y esa ha sido mi forma de proceder toda mi vida, y a los 69 años no voy a cambiar”. En tanto, Jorge Ferreiros, jefe de Producción de Balsasud, reconoció que el canal de aguas lluvia junto al caldero, y que desemboca al canal que va al río, está mal ubicado y que no se tomaron medidas preventivas.

Aseguró que la responsabilidad fue del calderista, a cargo del turno, pues no comunicó a sus superiores a tiempo, con el fin de remediar la situación. Dijo que el empleado terminó su jornada a las 07:00 del martes, y Balsasud se enteró del incidente pasadas las 14:00.“El trabajador no tenía más de un año en la planta, ayer (martes) se fue de vacaciones, quizá su desesperación por irse hizo que no nos comunicara lo que estaba pasando”, expresó Ferreiros.